Las conexiones a internet mediante satélite han adolecido tradicionalmente de unas características intrínsecas a esta tecnología, como una latencia notablemente superior, que hace la navegación más lenta, y la necesidad de tener visión directa sin obstáculos entre el satélite y el dispositivo en tierra para poder establecer la conexión.
Para reducir la latencia y aumentar la sensación de inmediatez en la conexión, el único modo es reducir la distancia a la que se encuentran los satélites, y de ahí el nacimiento de los sistemas de satélites en órbita baja (LEO) como el de Starlink.
Pero lo mejor de la nueva era de constelaciones de satélites es que han aprendido a 'traspasar' obstáculos para mejorar la cobertura y llegar donde antes era imposible, ya que debido a las frecuencias utilizadas, hasta un simple árbol interfiere y puede imposibilitar la conexión. Hasta ahora.
Beamforming concentra la señal en un haz y la hace rebotar
Los satélites continúan haciendo uso de las mismas frecuencias de espectro que hasta ahora, por lo que su posibilidad de traspasar obstáculos sigue siendo nula. Pero nuevas tecnologías, que también se aplican en el 5G desplegado en bandas milimétricas (con el mismo problema para traspasar obstáculos), parecen hacer magia y llegar también al interior de edificios o viviendas. El truco se llama 'conformación de haces' o beamforming.
La tecnología beamforming permite la focalización direccional de señales electromagnéticas en haces hacia dispositivos específicos. Este avance mitiga problemas históricos como la dispersión omnidireccional, las interferencias y la degradación de la señal, logrando mejoras sustanciales en velocidad, estabilidad y eficiencia espectral.
En constelaciones LEO como Starlink, el ajuste dinámico del haz entre satélites y terminales usuarios permite latencias de 25 ms, comparables a redes terrestres. Esta técnica concentra la potencia en haces estrechos hacia coordenadas específicas y las sigue mientras se mueve.
Lo más asombroso es que, mediante sistemas edge, machine learning y redes neuronales que ayudan en la reducción del consumo energético, beamforming también tiene la capacidad de reflejar su señal para sortear obstáculos.
Rebota rebota, y en tu casa entra como una pelota
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Eso significa, que la conexión podrá establecerse incluso en el interior de edificios, tras ir rebotando en diferentes obstáculos hasta penetrar en interiores a través de una ventana u otra entrada. El caso es que ya no hará falta tener visión directa entre un dispositivo terrestre y el satélite al que se conecta.
A diferencia de la radiación omnidireccional de las antiguas antenas, con beamforming es como si estableciera un kilométrico cable transparente que tiene la capacidad de entrar en nuestros hogares a través de la ventana, y que nos seguirá aprovechando cualquier puerta abierta.
Beamforming también es estándar en Wi-Fi 5/6 y logra coberturas un 30% mayores y una reducción del 45% en paquetes perdidos. En redes 5G NR, el beamforming permite alcanzar velocidades de 1.8 Gbps en movilidad, y consigue que las ondas milimétricas penetren en interiores.
Imagen portada | ChatGPT.
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